Cuando estuve a cargo del programa de Gerentes en Desarrollo de cierta
empresa, tuve la oportunidad de descubrir pautas que dificultaban
a los ejecutivos proyectar todo el poder e influencia de los cuales eran
capaces.
A continuación te expongo estos errores. Y como es habitual, también
te describo una breve recomendación sobre cómo corregirlos, aunque
en unos casos la respuesta es evidente.
Es de sabios enmendar el camino. Si actúas al respecto se te abrirán nuevas
posibilidades ocultas hasta el momento. Insisto hasta el cansancio: la clave
está en actuar y corregir.
Error # 1: abuso verbal.
El abuso verbal se manifiesta de diversas maneras. Usar tonos de voz
desaprobadores, sarcásticos o acusadores; hacer comentarios hirientes o
críticas destructivas sobre el trabajo o aspecto físico de las personas;
ser insensible ante los problemas personales de tu gente; interrumpir lo que
dicen o ignorarlos con tu silencio; humillarlos en público o privado.
Acción: aprende a controlarte. Siempre que emitas un comentario hazlo
con una genuina intención positiva y recuerda siempre corregir el mal
desempeño de un colaborador en privado.
Error # 2: no cumplir lo que prometes.
He observado este comportamiento en ejecutivos que buscan a toda costa
convencer a un colaborador de que haga algo en particular a cambio de un
“aumento de sueldo” o para impresionar.
También incurres en él cuando tienes buenas intenciones pero no depende
de ti cumplir el ofrecimiento que estás haciendo.
Acción: es obvio. No prometas lo que no vas a cumplir. Pierdes tremenda
credibilidad cada vez que lo haces y desmotivas muchísimo a tu personal
pues aprenderán a no confiar en ti.
Error # 3: descargar tu enojo en vez de tener la intención de corregir.
Sé que las presiones que recaen en ti a veces son grandes. Pero agudizas
el problema si en vez de buscar corregir el desempeño del colaborador para
que mejore su productividad descargas en él tu coraje por los errores que
cometió. Lo pondrás nervioso e incrementará su ineficiencia.
Acción: siempre mantén una actitud constructiva y nunca corrijas a un
colaborador si no estás en el marco mental / emocional adecuado para
hacerlo. Te verán como a un líder equilibrado y propositivo.
Error # 4: nunca felicitar el buen desempeño.
En innumerables ocasiones he recibido la queja de trabajadores que se sienten
poco valorados porque cuando cometen un error inmediatamente se les
recrimina, pero cuando hacen bien las cosas pasa desapercibido.
Acción: siempre haz notar el buen trabajo, no solo el malo. Serás considerado
un líder justo y, en mi experiencia, tus colaboradores serán más receptivos
cuando tengas necesidad de corregirlos, pues percibirán que no lo haces por
fastidiar.
Error # 5: ser incongruente.
¿Exiges a tu equipo que llegue temprano a trabajar pero tú sueles llegar tarde?
¿Les pides que se apeguen a los procedimientos de trabajo pero tú
continuamente los evades? ¿Organizaste una campaña para mejorar el servicio
a los clientes pero rechazas las llamadas de éstos porque siempre lo hacen en
el momento “menos oportuno”?
Acción: muchos ojos están puestos sobre ti y desde el momento que dejaste
de ser un colaborador “común” y te convertiste en jefe, también te convertiste
en modelo a seguir. Así que alinea todas tus conductas de inmediato aunque
te cueste. Generarás mucha credibilidad y confianza así.
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